REAFIRMAMOS QUE VAMOS A EJERCER NUESTRO DERECHO
A RESISTIR “POR TODOS LOS MEDIOS” A QUIENES INTENTAN DESTRUIR NUESTRA DEMOCRACIA
(art. 138 de la CONSTITUCIÓN)
Hoy en momentos en que la ambición desmedida y la bajeza moral dibujan
días aciagos en el horizonte de la patria.
Hoy en momentos en que el dinero malhabido, proveniente y puesto al
servicio de las mayores lacras de esta sociedad arrienda conciencias
inescrupulosas carentes de todo valor ético o moral.
Hoy en el momento en que nuestra República está en riesgo y su
Constitución, aquella que representa el pacto asumido para convivir en sociedad
al borde de ser violada para abrir la caja de pandora y dar rienda suelta al
insaciable apetito de poder que se esconde en los escombros de esta sociedad,
debemos reflexionar sobre algunos hechos
La Constitución de
1992 es el gran acuerdo alcanzado por la sociedad paraguaya para consolidar las
instituciones democráticas y lograr una sociedad más justa y solidaria.
Desde su
promulgación hemos visto y vivido muchos intentos de interrumpir ese proceso y
en todos los casos el Pueblo Paraguayo se ha levantado para reafirmar su firme
vocación democrática y el compromiso de defenderla.
La ciudadanía, los
jóvenes de nuestra patria, las organizaciones políticas y sociales, sin
distinción de banderas y colores, con la tricolor en alto, han colmado las
calles para impedir el retorno al autoritarismo en el año 96, cuando los
militares se alzaron contra la Constitución y en el 99 durante el Marzo
Paraguayo, donde el heroísmo de jóvenes que dieron hasta su vida, pudo más que
tanques y fusiles.
Hoy el presidente
Horacio Cartes, en su afán de perpetuarse en el poder, pretende avasallar la
Constitución, valiéndose de los recursos del Estado y el dinero mal habido
proveniente de las actividades ilícitas
a las que está vinculado.
No es algo nuevo, otros
ex presidentes en su momento han pretendido hacerlo y en todos los casos la
ciudadanía se ha unido en defensa del Estado de Derecho.
Con mucha
satisfacción hemos visto como, desde que se hizo pública esta nueva intención
de interrumpir el proceso democrático, la ciudadanía se ha expresado en contra
de una manera categórica. La defensa de la Constitución nuevamente nos une a
todos bajo los colores más lindos del mundo, los de la tricolor, el rojo el
blanco y el azul.
La República vive
momentos difíciles. El Gobierno de Horacio Cartes ha empobrecido y endeudado al
país hasta límites nunca vistos en su historia. Los medios de comunicación nos
muestran hoy que ese dinero, el que debemos pagar todos los paraguayos, se emplea para suscribir contratos con amigos
y asociados. Nos muestra que Ministros del Ejecutivo suscriben contratos con la
misma administración convirtiéndose en proveedores de sí mismos. Nos muestra
que los Ministerios entregan graciosas concesiones a los padres de sus
titulares. Nos muestra que esta administración nos ha convertido en un paraíso
para el contrabando, el lavado de dinero y el crimen organizado, y condenado a
nuestros compatriotas a la inseguridad y la violencia que se han apoderado de
nuestras calles.
Lejos de ocuparse
de los verdaderos problemas del país, el presidente Cartes dedica su tiempo a
sus negocios, y mientras un titular de un medio muestra el modo en que se
benefician los allegados al Jefe, en la página siguiente se muestra una nueva
adquisición de cadenas hoteleras o medios de comunicación por parte de sus
parientes y testaferros. Todos los días
somos testigos del festival de corrupción que involucra a sus gerentes, amigos,
y a las empresas que llevan su apellido, para de una manera descarada, y esto
nunca mejor dicho, hacer uso de su posición para lucrar a costa del pueblo.
El intento de
seguir en el Gobierno no tiene justificación jurídica, ni ética, ni política.
Es el simple afán de un grupo económico de consolidar un esquema de poder que sostenga
sus intereses y obtenga de paso impunidad al crimen organizado en sus diferentes
formas.
Hoy mismo las
fuerzas policiales, a la vista de todos los Paraguayos, han desarrollado un
supuesto esquema de control destinado a desalentar la participación ciudadana
en este acto. Un esquema que, si hubiese sido dedicado a combatir el flagelo de
la delincuencia hubiese obtenido resultados de los que estar orgullosos. Nunca
esta administración demostró tanto celo en la identificación y persecución de
los delincuentes como la que demuestra hoy en la identificación de hombres y
mujeres que vienen a defender el imperio de la ley.
Y no vamos a
extendernos en los argumentos jurídicos. El artículo 229 es claro cuando dice
que la reelección no se puede dar “en ningún caso”. El artículo 290 define con
mucha precisión los límites de la enmienda como procedimiento para modificar la
Constitución. Es indiscutible además que de este tema no se puede volver a
debatir hasta agosto del año próximo, porque ya se rechazó la reelección en el
Senado y en Diputados. Los constituyentes
y los constitucionalistas han coincidido ampliamente que lo que se pretende es
un atropello al orden jurídico. Todos los ciudadanos entendemos que esto es
así, cualquiera que haya leído estos artículos lo comprende perfectamente.
Estamos ante un
intento de quiebre constitucional y de interrupción del proceso democrático.
Pero hoy venimos a
traer buenas noticias. Hemos visto que periodistas y medios de comunicación
independientes, Colegios profesionales y asociaciones, gremios de distintas
actividades comerciales, productores de distintos rubros, prestadores de
servicios, distintos sectores que hacen a la verdadera y honesta riqueza de
este país, sacerdotes y pastores cada uno desde sus diversos cultos y
convicciones, hombres de letras, profesionales del foro todos sin ninguna
distinción han levantado una única consigna: LA CONSTITUCION DEBE Y SERA
RESPETADA.
Y nosotros estamos
aquí, hombres y mujeres, estudiantes de distintas carreras, trabajadores de
distintas actividades, políticos de distintos partidos, para reafirmar nuestra
firme inclaudicable y mancomunada determinación de defender nuestra República.
Dejamos en claro que lo vamos a hacer por “todos los medios” posibles, en
ejercicio de nuestro derecho a resistir a quienes intenten quebrar el orden
jurídico, como disponen los artículos 137 y 138 de la Constitución.
Nuestra convicción
de participación no es nueva. Viene de los albores de la civilización cuando un
pensador manifestó que el precio de desentenderse de la política es terminar
siendo gobernado por los peores. Estamos firmemente decididos a poner freno a
esta aventura y a hacer juntos que los mejores sean conductores en esta sociedad.
Hacemos un
llamamiento a la cordura, Paraguay no merece más dolor por la ambición
desmedida de unos pocos. Merecemos un futuro mejor y eso solo es posible en
democracia y con la plena vigencia del Estado de Derecho.
Vamos a apelar a
todas las instituciones, vamos a exigir a cada parlamentario honrar su
juramento, y por supuesto, vamos a ganar las calles en defensa de nuestros
derechos y a enfrentar a todos aquellos que pretenden destruir el futuro de
nuestros hijos.
Que sepan Cartes y
sus cómplices, los que rompieron su palabra y vendieron sus votos, los que
están medrando con las 30 monedas que se pagan para traicionar al pueblo, que
van a encontrar en nuestros pechos una muralla imposible de quebrar, que hagan
lo que hagan no vamos a permitir que nos roben nuestros sueños y la democracia
en Paraguay.
NO ES NO!
VIVA LA PATRIA!
VIVA LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY!
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